CANTON-- Willie Roaf estaba en un papel poco familiar, ser el centro de atención enfrente de una gran multitud, siento distinguido por hacer algo bueno.
No, por hacer algo grandioso.
Con los jugadores actuales de los New Orleans Saints de pie y aplaudiendo, el ex tackle ofensivo de los Saints lideró a un grupo de linieros rumbo al Salón de la fama este sábado por la noche, una inducción de seis hombres que honró a aquellos que desempeñan un papel menos glorioso.
Cuatro linieros fueron inducidos --Roaf, Chris Doleman, Cortez Kennedy y Dermontti Dawson-- junto con el corredor Curtis Martin y el esquinero de la década de 1950, Jack Butler.
El discurso del liniero fue corto y sencillo, como corresponde a aquellos que jugaron sus carreras estelares en las trincheras en lugar de hacerlo frente a los reflectores.
"Ya saben, soy liniero ofensivo", dijo Roaf, quien era muy difícil de mover en el campo. "No soy reconocido frente a una gran multitud muy a menudo, y cuando fue así por lo regular lo hacía un oficial que se dirigía hacia mí diciendo, 'Holding N° 77'.
"Eso no va a pasar hoy. Y no pasaba muy seguido cuando jugaba".
Roaf fue uno de los jugadores más grandes en la historia de los Saints, era tan bueno que regularmente era seleccionado al Pro Bowl, a pesar de que New Orleans sólo tuvo una temporada ganadora en sus nueve años ahí. Su inducción le da a la franquicia algo para celebrar después de una temporada baja ensombrecida por el escándalo de las recompensas.
Los jugadores de los Saints se sentaron en las últimas tres filas de asientos del campo, vistiendo playeras negras con el N° 77 de Roaf en la espalda. Ellos están en la ciudad para jugar contra los Arizona Cardinals en el partido de pretemporada de Salón de la Fama el domingo por la noche.
Después de que Roaf se bajó del pódium, el resto de la consagración adquirió un fuerte sabor a Pittsburgh.
Y al final, Martin llevó a la audiencia hasta las lágrimas.
El corredor de los New England Patriots y los New York Jets describió su vida al crecer en un vecindario de Pittsburgh, en un hogar donde su padre torturaba a su madre al poner su pelo en el fuego y quemar sus piernas con cigarrillos.
Su madre fue dura con él, instándolo a jugar fútbol americano para mantenerse alejado de los problemas. Eso le ayudó a sobrevivir y salir adelante.
"El logro más grande de mi vida fue ayudar a mi madre y cuidarla", expresó.
Martin inició 119 juegos consecutivos con los Patriots y los Jets, terminando su carrera como el cuarto líder corredor de todos los tiempos. Se unió a Barry Sanders como los únicos corredores en iniciar sus carreras con 10 temporadas consecutivas de 1,000 yardas.
Martin fue presentado por el ex entrenador en jefe, Bill Parcells, reconociendo su papel en la formación de su vida. Martin siguió a Parcells de New England a los Jets.
"Tiene una gran compasión por su prójimo", indicó Parcells. "Es, creo, la imagen de lo que se supone que tiene que ser la NFL. Llegas a la liga, maximizas tus habilidades, ahorras tu dinero, haces una transición suave hacia la sociedad y luego pasas todas esas cosas a las otras personas. Eso es lo que este chico ha hecho".
La historia de Martin cambió el ambiente, de celebración a reflexivo.
Cientos de aficionados de los Pittsburgh Steelers llenaron el campo y las tribunas agitando las "Terrible Towels" para celebrar el papel protagónico de su ciudad en la velada. Dos de los nuevos miembros del Salón de la Fama jugaron para los Steelers, Butler y Dawson. Mientras que Martin y Doleman jugaron en la Universidad de Pittsburgh.
Nadie es más popular ahí que Dawson, quien sucedió a Mike Webster como centro de los Steelers, después lo siguió al Salón de la Fama. Jugó en 170 partidos consecutivos, llegando al Pro Bowl en siete temporadas consecutivas, y abrió el camino para que Jerome Bettis se convirtiera en uno de los mejores corredores de la NFL.
En muchos sentidos, Dawson siguió el ejemplo de Webster.
"Mike era un líder porque lideraba con el ejemplo, y yo trataba de emular todo lo que Mike hacía", expresó Dawson. "Mike tuvo un gran impacto en mi vida y aún hoy trato de liderar con el ejemplo y ser como Mike".
Dawson eligió al entrenador de fútbol americano de preparatoria, Steve Parker, para que lo presentara. Si no fuera por Parker, él podría no haber jugado fútbol americano. Dawson había tenido una mala experiencia jugando fútbol americano en la secundaria y renunció.
Parker se acercó a él en un pasillo de la escuela durante su año junior, puso su brazo alrededor y lo hizo reconsiderar.
"Me encontré a este chico y creí que era un hombre", dijo Parker. "Le dije, 'Señor, ¿puedo ayudarlo?', él dijo que asistía a la escuela aquí y le dije, '¿Dónde habías estado toda mi vida?'".
Doleman también tiene sus raíces en el fútbol americano en Pennsylvania, donde creció y asistió a la universidad. Recuerda que su padre tenía una regla: Termina lo que empiezas.
"Gracias por enseñarme la importancia de terminar lo que se comienza", señaló Doleman. "Y si es un indicativo hoy, terminé el juego en el que me enlisté".
Kennedy tiene un vínculo con Roaf. Al igual que el tackle ofensivo de New Orleans, el tackle defensivo de los Seattle Seahawks se destacó en malos equipos. Fue su calidad --no el éxito del equipo-- lo que lo llevó al Salón de la Fama.
Kennedy se convirtió en el mejor tackle defensivo de la liga durante sus 11 temporadas con los Seattle Seahawks, era capaz de detener la carrera o presionar al mariscal de campo. A pesar de que Seattle terminó con marca 2-14 en 1992 y Kennedy recibió dobles marcas, era tan bueno que fue elegido como el mejor jugador defensivo de la liga.
Butler, el segundo en ser inducido, recorrió el camino más inesperado hacia el Salón de la Fama. No jugó fútbol americano en la preparatoria, comenzó a jugar en la universidad en St. Bonaventure y llegó a la NFL como jugador no reclutado en el draft en 1951, como un jugador más para llenar la plantilla de los Pittsburgh Steelers.
Butler fue un gran esquinero durante sus nueve años de carrera en la década de 1950, terminando como el segundo líder en intercepciones en ese momento. Su carrera terminó debido a una lesión en la pierna.
Butler, ahora de 84 años, agradeció a su familia y sus amigos por estar en Canton para su tan esperado momento.
"Vaya, estoy agradecido de estar aquí", declaró. "Les agradezco a todos".
AP.
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